Pintura de Frank BensonDe su libro: " Bordando la despedida"
Silencio
Silencio,
en tu vereda hay silencio.
Negros crespones anuncian la falta de palabras.
Silencio, mi corazón está mudo,
mis manos no hablan,
mis labios agrietados no se mueven.
Vos partiste solo...
yo quedé aquí en silencio.
14 comentarios:
Es doloroso el silencio mi querida Elisabet, "cuando los labios agrietados no se mueven"
Precioso poema
Silencio que se va con él que se marchó. Silencio que está, silencio perenne. Abrazos mi amiga, Julia
Gracias querido amigo-poeta.
Besos
Elisabet
Precioso poema Elisa; con gran hondura. Bravo por Pedro que te ha publicado.
besos
Liliana
Elisabet.Se podrian decir diferentes cosas de tu poema, palabras enaltecedoras, analisis algo pedantes, tiernas reflexiones, no se.
Solo me queda esa sensacion, tan desgarrante y tan intima.Frente a la perdida, es verdad, solo nos queda el silencio.Es tan fuerte el sentimiento que emana de esas palabras escritas por vos, que me uno a tu silencio,tambien.
Voces en silencio, que duelen al ser intuídas.
Buen poema, Elisabet!
Oscar Néstor.
Precioso blog; he llegado aquí gracias a la invitación de Elisa, a quien admiro.
Cariños!
Coincido con Héctor: tus palabras invitan a unirse al silencio... mientras el dolor se cocina a fuego lento, todo en nosotros enmudece.
Besos!
Patricia
P.D.: ¡Muy bueno el blog! felicitaciones.
Lo que no queda en silencio es tu voz de auroras en el pentagrama musical de los versos.
Un abrazo grande amiga.
Migdalia
Un muy sentido poema, Elisabet.
Como ya sabes de mi tristeza al escribir, se me ha escapado una lagrimilla.
¿Que soy un poco cínico?, ya lo se.
Emilio.
Elisabet:
El poema habla y dice de la palabra no dicha. Esa que sopla desde adentro sin emitir sonido.
Silencio en tu vereda...
Muy buena síntesis.
Un gran abrazo
Enhorabuena elisabet
Erika
Bellisimo y hondo poema, con tu hermosa creatividad.
Aplausos para ti amiga !!!
Besos grandes
Raquel
Felicitaciones, Elisa, impecable tu poema, en tan pocos versos tanta profundidad, mi alma se estremeció al leerlo. Un abrazo.
Graciela Pucci
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