miércoles, 8 de octubre de 2008

Un poema de Orlando Ignacio / CUBA


EL DESORDEN DEL JUEGO

Apareces
y como jugando a las escondidas
desapareces.

Imagino otro juego trasnochado
donde le ponemos el rabo a un burro alado,
Pegasno imaginario de nuestro tercer mundo
y montamos tú delante, yo en la grupa,
y le damos y le damos con cada movimiento de alas,
adelante, atrás, en un loco vaivén,
¡aaasno desbocado!
Y el rabo en su lugar.

O jugamos a la gallinita ciega
cubiertos los ojos con una venda translúcida,
nos manoseamos con malicia, lujuria inocente,
ponemos en ridículo la decencia,
en crisis la mojigatería,
y contradecimos, a pesar ajeno,
las buenas costumbres
y el orden del juego

somos niños después de todo, ¿no?

viajemos hacia el futuro,
duendes bullangueros de un tobogán de fuego,
hacia la semilla,
donde recuerdos y sueños van entrelazados / fundidos
en un contrapunto morboso
de labio con nuca
dedo-axila
mano-ingle
boca-vello
cabello-pie
mientras crecen a nuestro libre albedrío
travesuras de nueva cuenta/
escandalizamos a las comadres del barrio/
hacemos el caso del perro al que dirán/
y de paso, tiramos el orden del juego
a mondongo.

3 comentarios:

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Un tremendo gusto tenerte en Voces de Hoy. Algo de lo tuyo irá a la Revista Digital.

Muy bueno, éste poema.

Unknown dijo...

Tiempo que no pasaba a saludarle, y ahora que llegue me encuentro con un poema que me trae enormes recuerdos de mi propia niñez.
Un placer volver.

josé lopez romero dijo...

Hermoso espacio de la imaginación que siempre juega con esas cosas de la piel, lo que tenemos al alcance y nos llena como no podría nada de la vida en tal forma. Mi afecto.