sábado, 2 de febrero de 2008

Año 1968


Estaba sentado a la orilla del rio,
allá donde las piedras cantan.
Sembrando un manojo de recuerdos
en las raíces de mis sabrosos mangos.

Voces que van y vienen,
risas que se prenden en la tarde,
silencios que fecundan en la noche.
Estaba la familia germinando la inocencia.

Año 1968.
Paisaje de palmeras y sinsontes.
Tarde tibia de pegajoso verano,
agua cristalina del lejano pasado.

Pedro Pablo Pérez Santiesteban/2/2/2008

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