sábado, 21 de febrero de 2009

Un poema de Gabriela Abeal


La casa oscurecida

No me atrevo
a sacar las manos de mis ojos,
a abrir las puertas,
a dejar sin cerrojos las ventanas.
Las paredes se ocultan de la vida,
los muebles sufren,
la cocina vive en la tristeza
y en el patio
los rosales lloran pétalos de sangre.
No me atrevo
a vestirme de colores,
a maquillarme con tonos esperanza,
a las uñas
las ha cubierto el calcio
son diez novias
en el altar abandonadas.
No me atrevo
el miedo es paranoico,
bipolar en cada nueva bocanada.
No me atrevo
a ver la imagen del espejo
la que muestra
que no eres parte de mi cama.

18 de Febrero de 2009 (Gabriela Abeal)

1 comentario:

teresa coraspe dijo...

Gabriela: estuve por aquí para leer la página de Pedro: Voces de hoy, ¡que bueno encontrarte, encontrarlos, estar con los poetas y la poesía. En mi blog pueden encontrar también un hermoso poema de Roberto Manzano, hoy Día de la Mujer. Es un placer poder abrazarlos desde aquí, desde la ausencia siempre presente.
Gracias por sus envíos siempre hermosos.
¿Cómo será de fuerte un abrazo desde la distancia para aprisionar tanta lejanía?Un beso. Teresa.