
Bajo sus dedos.
Al abrir la puerta me invade la sensación de siempre, la hago a un lado, 18 pisos por escalera son demasiados, entonces respiro hondo y me encierro. En la botonera marco el piso 18, el ascensor sube rápidamente, ocupo mi mente en tonterías, intento no pensar en lo que no tengo, miro el indicador: piso 10, respiro con cierto alivio a pesar de mi ahogo. ¿Cuánto tiempo ha pasado?De pronto percibo que todo es oscuridad, el ascensor parece detenerse, siento frío el cuerpo y transpiro copiosamente, trato de mover el brazo para alcanzar la botonera, nada de mí responde, un grito mudo asoma en la garganta, me aturde el silencio, la soledad que siempre está a mi lado, se ha ido.Alguien acaricia mi pelo, unas manos me rodean la cintura, siento besos en el cuello. Sigo paralizada. Dedos ansiosos caminan por mis caderas y ya no quiero moverme, porque las manos ahora vuelan hacia los senos y luego a mis cabellos, recorren, bailan, cosquillean, abren los botones de mi camisa, se internan en el rojo sostén que ya no sostiene. Una mano desciende y encuentra, sabe lo que hace y socava humedades, refugiada en mí acelera suavemente el ritmo, luego de un tiempo impreciso la pequeña muerte sobreviene, un grito de placer estalla, creo que es mi garganta. ¿Cuánto tiempo ha pasado?Se enciende la luz, el ascensor comienza a moverse, mi soledad y yo nos miramos.Piso once, siete pisos más arriba, recuerdo, espera mi terapeuta.El ascenso es rápido, la campanilla anuncia la llegada, desciendo, frente a mí el departamento 18 “E”, sin necesidad de llamar me recibe una amplia sonrisa, qué bien estás hoy, cómo estuvo esta vez el viaje en ascensor, pregunta Javier, increíble, respondo mientras me siento frente a él y la humedad sigue en mí y él no hace ni dice nada más que lo habitual y ya no pienso en lo que no tengo y ya quiero volver.
1 comentario:
Tiene un buen ritmo este cuento; se lee con prisa, como subiendo al paso del ascensor que al fin se detiene y deja el sabor de los sentidos que la autora nos permite percibir. Creo que está muy bien en un contexto general; mis sinceras felicitaciones.
Y a Pedro Pablo por darlo a conocer a través de su blog. Teresa.
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