Infancia robada
Cuando miro la ausencia
de tu infancia,
el alma se me estruja
como un pañuelo roto.
Se me postula el hambre
en la garganta
y se entierra en la sombra
mi sonrisa.
Hay una herida abierta
rajando mi piel quebrada.
Un dolor profundo
reventando mi voz en mil pedazos.
Y una gota de sangre manchando mi camisa.
Cuando miro la ausencia
de tu infancia,
el alma se me estruja
como un pañuelo roto.
Se me postula el hambre
en la garganta
y se entierra en la sombra
mi sonrisa.
Hay una herida abierta
rajando mi piel quebrada.
Un dolor profundo
reventando mi voz en mil pedazos.
Y una gota de sangre manchando mi camisa.
5 comentarios:
Me gusta la "ausencia de la infancia", duele tanto ver niños que no pueden disfrutar que son eso: niños. Y todos llevamos esa mancha en nuestras camisas. Precioso, Pedro.
Los niños, ese pequeño gran tesoro que nos ilumina. Y no sólo los de edad, nosotros mismos debemos mantener al niño ávido de deseo de jugar. A los niños que tienen esa ausencia, los intentaremos acoger en nuestro manto. Intenso Pedro. Un abrazo.
Gracias a los dos por la lectura, y es cierto que esa infancia duele y mucho
Fuerte poema...y viendo la realidad que nos rodea, cada día más, la infacia está perdiendo su lugar robada de una forma despiadada.
Saludos Gabriela
Si Gaby, y lo triste es que podemos hacer muy poco. Quizas evocar nuestra palabra.
Abrazoz
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