viernes, 7 de marzo de 2008

La Mirada


La Mirada II

Cuando dejo que mi mirada cruze sobre el mar
es porque busco un encuentro contigo.
Te imagino agazapada en tu llanura
regalando al visitante tus encantos.

Y siento celos; profundos celos.
De no poder saborear tu extenso cuerpo,
de no poder dormir bajo tu luna.

Entonces esquivo la mirada.
La dejo vagar en inexactos puntos,
donde no pueda ver muy clara tu figura.

3 comentarios:

teresa coraspe dijo...

Hermoso este poema donde el mirar es búsqueda imprecisa en la distancia. La ilustración fotográfica repite la voz del poeta en donde lo lejos marca el tono de un decir siempre melancólico. Es que tus poemas llevan el itinerario de la desolación...y siempre por supuesto ese mar, esa isla, ese amor. Un recuerdo para ti, Pedro.
Teresa.

PD: Por cierto anoche ví la película "Mar adentro" que me dejó una profunda reflexión ante la vida, ante la muerte...y ese mar quemándole a uno los ojos.

Gabriela dijo...

Hola, PPP y Teresa(te saludo Tere porque recién consigo entrar al blog, ya que no puedo ingresar a ninguno,supongo problemas del sistema)
Leo "La mirada", y justo terminan de llamarme para invitarme a una localidad cercana que se llama Pirán para que el otro domingo vaya a leer algún poema con el mar o la arena ya que tiene que estar realcionado con Mar del Plata, pero como sufro de no animarme a leer en publico hasta el día de hoy...solo a surgido la inspiración y aquí la dejo junto a un saludo para ambos.

La orilla perdida


El mar
siempre trae botellas
con mensajes otoñales
y los que las encuentran
padecen de una extraña bruma,
entonces entrecierran los ojos
y convierten a las pupilas
en otra línea de frontera,
en otro sueño inalcanzable,
en otra isla enmudecida.


8 de Marzo de 2008 (Gabriela Abeal)

teresa coraspe dijo...

Cuando pierdas el miedo encontrarás la orilla, Gabriela; atrévete a decir tus palabras; recuerda que he dicho muchas veces, que el silencio es como la muerte. ¿Y qué misterios nos trae el mar que se recuesta a nuestro lado? Gracias por estar buscando los blogs y revisando, así siento que estás cerca y uno puede recoger los mensajes de las botellas y oir las voces de quienes las enviaron; es la magia y son los duendes de la palabra poética, esos gnomos que se suben a mi espalda mientras escribo. Ahora es la noche y te dejo un abrazo.
Otro por supuesto, a Pedro que nos regala un poema de Dulce María Loynaz, ella quizás tiene la culpa de que los mares hayan invadido los costados de esta casa, de este cuerpo.
8.3.2008, desde Ciudad Bolívar.